Dicho de otro modo, si alguien no te pide retroalimentación, es por que no le interesa.
Partiendo de lo anterior, no es difícil imaginar el resultado que arrojará el proveerle consejos o comentarios de mejora a una persona que no está del todo receptiva. No sólamente ignorará ese feedback, sino que además se corre el riesgo de crear resentimientos y falta de disposición laboral.
Es simple; cuando la persona no está abierta para recibir retroalimentación, no debes darle retroalimentación. Punto.
Lo que sí podemos hacer es dar paso un atrás, no para preguntarnos cómo darle retroalimentación a una persona que no está dispuesta a recibirla, sino para preguntarnos cómo promover una cultura en donde las personas deseen recibir retroalimentación y sean parte de una dinámica de feedback.
Por ese motivo, he aquí dos acciones que debes implementar dentro de tu organización para lograr que tus colaboradores estén receptivos a la retroalimentación:
Sigue Leyendo:
Idealmente, tu organización deberá tener mecanismos claramente definidos para que las personas tengan la oportunidad de pedir retroalimentación.
Por ejemplo, puedes realizar juntas mensuales, semanales, trimestrales, etc. Pero debes cerciorarte de que sean un espacio estructuralmente definido a nivel proceso y/o a nivel sistema, en donde las personas tengan la oportunidad de recibir (y dar) retroalimentación.
Aquí debemos aclarar una paradoja que podría presentarse, puesto que si yo le pido la retroalimentación a alguien, ¿no va a resultar eso contraproducente?.
La respuesta es no, por que si tú promueves un espacio equitativo en donde todos tienen la oportunidad de recibir y dar retroalimentación, las personas de tu organización te van a responder bien.
En mi equipo lo sabemos con conocimiento de causa, ya que hemos implementado espacios de retroalimentación tanto internos como con clientes en múltiples ocasiones y sabemos que da buen resultado, además del valor que se genera en dichos espacios. Es realmente enriquecedor.
2.- Establece un cambio a nivel cultura.
Éste elemento tiene qué ver con que tu promuevas una mentalidad interna en donde cometer errores no sea mal visto y en donde la complacencia SÍ sea mal vista.
Lo más común en las organizaciones hoy día, es la cultura del miedo, una en donde las personas que hablan contigo están temerosas de que tú como jefe o líder, reacciones de una manera negativa, violenta y cerrada ante la retroalimentación, y que ello les genere consecuencias que amenacen su seguridad laboral.
Por lo que en las organizaciones con éste tipo de mentalidad y cultura es muy difícil que se establezcan dinámicas de comunicación positiva, puesto que "¿Para qué pido retroalimentación? si con ello estaré confirmando que mi trabajo es malo y por lo tanto, mi posición en ésta organización se verá afectada".
En cambio, si tu te encargas de comunicar a todos los miembros de tu organización y constantemente CONFIRMAR (nótese que "Confirmar" es aquí una palabra clave y muy importante) que el acto de equivocarse, no solamente está permitido, sino además es algo deseado dentro de la cultura interna, eso te rendirá frutos positivos exponenciales en el largo plazo, ya que, después de todo, equivocarse es signo de avance y de que se están tomando riesgos.
Ten confianza en que si promueves una cultura interna en donde confirmes que los errores son correctos, las personas no tendrán problemas en recibir retroalimentación. Al contrario, ellas mismas te lo pedirán.
Si la gente en tu equipo está reacia al feedback, seguramente se deba a que la retroalimentación siempre ha sido mala, negativa y lo que es peor, muy probablemente tu organización viva una cultura de miedo que debemos parar en seco.
A partir de hoy mismo, tienes doble trabajo:
A).- Debes establecer, a nivel proceso, protocolo y sistemas, espacios en donde la gente no sólo disfrute de la oportunidad de recibir retroalimentación, sino que además esté animada a ofrecerla con objetividad.
B).- Debes establecer una cultura en donde las personas comuniquen y CONFIRMEN constantemente que equivocarse no solamente no está mal, sino que es permitido, es bienvenido y es signo de avance y de progreso.
Haz eso y nunca tendrás problemas con personas que no les gusta la retroalimentación.
Ricardo Siller Cárdenas