Mi padre falleció un 19 de Septiembre del 2002, y desde entonces, cada Septiembre ha sido de dificultades y retos.
Desde entonces, cada Septiembre desde el 2002 a la fecha ha estado plagado de altibajos, tragedias, problemas, adversidades, infortunios, obstáculos, conflictos... Todo lo necesario para hacer de éste mes uno muy interesante.
¿Mala suerte?... Puede ser... Aunque no lo llamaría de esa manera caricaturesca... Pues la noción de "Mala Suerte" le roba la poesía inherente de ésta época.
¿El Destino?... No estoy seguro.
Pero si hay algo de lo que sí tengo certeza, es ésto; que cada año espero con fé y valentía el mes de Septiembre, pues se trata del mes en el cual mi templanza, fortaleza, resilencia y osadía son probados día a día y es el mes que determina si he sido digno de levantar la cabeza con orgullo o si de plano me ha hecho falta el carácter.
A veces he fallado, a veces lo he terminado con triunfos... La mayoría de las veces sólo he sobrevivido... Pero nunca he escapado de hacerle frente con determinación año con año.
Por esa razón, nuca creí que cuando mi padre dejó ésta vida las cosas hayan estado mal desde entonces. Nunca me permití pensar eso.
Al contrario... Creo firmemente que cuando se fué, me dejó uno de los mejores regalos que alguien te puede hacer; una temporada de retos que te ponen a prueba, y de dónde sólamente puedes salir más fuerte.
Ese fué el regalo que me hizo mi padre al emprender su viaje; el Regalo de Septiembre
RS