Finalmente, Ted Kaczynski fue descubierto cuando envió un manifiesto de 35,000 palabras a los medios de comunicación; fué su propio hermano quien detectó el estilo de escritura al leer el texto en los periódicos.
Cualquiera esperaría encontrar signos de insanidad en ese manifiesto, pero resultó lo contrario; el escrito era sorprendentemente articulado y propio de una persona intelectual.
Yo personalmente no endorso cualquier acto que atente en contra de la integridad física y emocional de personas inocentes. Pero las joyas de argumentos y lógica encontradas en las ideas de Ted Kaczynski son inevitables de compartir. Lamentablemente la conversación en torno a dichos argumentos fué obscurecida por los actos criminales y horrendos de éste sujeto.
Kaczynski argumentaba en dicho manifiesto que, para alcanzar la felicidad, los individuos requerían involucrarse en cuestiones y metas que requieran esfuerzo considerable en términos de trabajo, carácter y pensamiento, y que al menos una de esas metas debía ser satisfecha en la vida.
Kaczynski dividió las cuestiones y metas en tres grupos:
a).- Cuestiones y metas que las personas pueden satisfacer con mínimo esfuerzo. A éstas las llamamos "Convencionalismos."
b).- Cuestiones y metas que las personas pueden satisfacer con esfuerzo serio. A éstos los llamamos "Secretos."
c).- Cuestiones y metas que no pueden ser satisfechas, no importa lo que hagamos. A éstos los llamamos "Misterios."
Kaczynski argumentaba que el humano contemporáneo estaba deprimido por que, aparentemente, los problemas reales del mundo estaban resueltos. Lo único que quedaba por hacer era fácil (a) o imposible (c); ambas actividades que no proveían satisfacción a nadie. Básicamente, la sociedad civil actual nos ha extirpado a las personas de la necesidad de involucrarnos en cuestiones y metas serias (b).
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Es verdad; los métodos de Kaczynski eran los de una persona mentalmente desequilibrada. Pero si observas bien, la pérdida de fe en el ser humano abunda en el ambiente actual; nos hemos rendido a nuestro sentido de maravilla ante los millones de secretos que aún quedan en la tierra por descubrir. Y probablemente eso nos está matando poco a poco.
¿Cómo podemos recuperar ese sentido de maravilla y una preocupación por las cuestiones importantes? (Y en el proceso, recuperar un poco de nuestra felicidad.)
Es una pregunta demasiado amplia y compleja en su naturaleza, pero podríamos comenzar por citar las razones acerca de por qué hemos llegado a éste punto de la historia.
Yo identifico al menos 4 razones fundamentales, que bien podrían pasar como fantasmas:
1).- El fantasma del incrementalismo:
Cuando yo estudiaba en el Colegio Linares, se nos enseñaba que no había campo común para las cuestiones retadoras y las preguntas difíciles; sólamente había espacio para las cuestiones convencionales de las cuales se esperaba que todos los niños aprendiéramos (matemáticas, historia, geografía, etc.) y las cuestiones imposibles, tales como los misterios de Dios.
Preguntar por las cuestiones retadoras era provocar una disrupción que te hacía merecedor de un día de detención en la dirección y un llamado a tus padres. Pregúntenme a mí y a mis ex-maestros cuánta experiencia tenemos en eso.
Pero el cuadro es similar en cualquier lugar en donde exista una aula y una institución educativa; a todos se nos enseña la ilusión de "Progreso" paso a paso, calificación por calificación, y sólo lo que está dictado en el plan académico; sobresalir o desviarse por la tangente en cuestiones que a los niños les cause curiosidad natural es severamente penalizado (y eso nos lleva a la siguiente razón)
El asunto se vuelve insostenible e irreversible cuando las personas llegan, en la edad adulta, al plano laboral.
2).- El fantastma de la complacencia y culto a la personalidad, en lugar del carácter:
¿Para qué hacer cosas difíciles? Es más fácil poner una tienda de abarrotes que iniciar un largo camino por descubrir una píldora que cure la leucemia. (Desde luego, ambas requieren de un esfuerzo similar en términos de espacio y tiempo, pero no parece haber muchas personas concordando con dicha afirmación.)
Hoy en día es más importante ser popular que ser una persona de carácter. ¿Para qué involucrarnos en cuestiones difíciles y búsqueda de secretos, si es más fácil (o aparentemente importante) ser popular?
Vale mencionar que éste fantasma tiene su orígen en los medios de comunicación y lo que transmiten (Generalmente hablando).
3).- Miedo a la adversidad:
A la gente le provocan miedo los secretos simplemente por que les da miedo estar equivocado (Y por consecuencia, dejar de ser popular.)
El prospecto de ser impopular pero estar en lo correcto (como por ejemplo, dedicar tu vida a crear una empresa en la cual nadie cree) es de por sí difícil. El prospecto de ser impopular y estar equivocado es extremadamente abrumador.
4).- Síndrome de "La Tierra es Plana"
Thomas L Friedman acuñó el término de Tierra Plana como consecuencia del proceso de globalización. Lo cual conlleva a una pervasiva (pero falaz) suposición: Si el día de hoy tengo una idea y la quiero llevar a cabo, ¿No será que quizás alguien en el otro lado del mundo tiene la misma idea y la está implementando de hecho?
Esta voz de duda disuade a la gente de comenzar a buscar secretos en un mundo que parece demasiado grande como para que una persona común contribuya con una causa única.
Cualquiera podría pensar que la falta de fé en los secretos no sea una necesidad real humana y que no existe una necesidad real de que una persona común lleve a cabo un acto de creación en la búsqueda de su secreto personal ("Que lo hagan los demás, yo tengo hijos qué mantener y una carrera qué llevar adelante.")
Pero precisamente ésta es la consecuencia del peso que tienen esos 4 fantasmas ya citados.
En teoría económica, la carencia de fé en los secretos conlleva a la fé en la eficiencia de mercados. Pero la existencia de burbujas financieras demuestra que los mercados pueden tener ineficiencias extraordinarias. (Y hasta pareciera castigo providencial; entre más cree la gente en la eficiencia, mayor es la burbuja.)
El mismo principio funciona en la vida común; la fé en la carencia de secretos ("La Eficiencia," "Dios nos cuida y nos llena de bendiciones," "Así estamos bien,") es la principal promotora de las burbujas que crean la depresión y la antipatía.
Si tú crees que algo es imposible, entonces ni siquiera vas a querer comenzar a tratar de hacerlo. ¿Para qué?, que lo haga otro.
La creencia en secretos es una verdad efectiva. La realidad es que existen muchos secretos por descubrir allá afuera, pero dichos secretos únicamente estarán disponibles para aquellos exploradores con carácter y que despierten de nueva cuenta a su niño interior.