Me quedé sorprendidísimo al ver a aquel enorme hombre de cabellera amarilla, ojos azules profundos, sonrisa magnéticamente encantadora y un cuerpo titánico de más de 150 kilos, en conjunción con la panza más grande que hasta entonces había visto, y desde luego, no pude esconder mi alegría e ilusión de niño de 12 años al tener frente a mí a uno de mis ídolos todo sonriente y felíz, poniéndome atención, llamándome por mi nombre, pellizcándome amistosamente mis cachetes y firmando uno que otro autógrafo en el Mall de MacAllen.
No éramos muchos lo que solicitábamos la atención de la estrella de Saturday Night Live... Pero eso no importaba; el gordito simpático de Tommy Boy, Black Sheep y Beverly Hills Ninja estaba frente a mí (Ok, está bien... Beverly Hills Ninja todavía no se estrenaba...)
Y al parecer muchos no lo conocían... al menos no mi papá, quien miraba la escena con indiferencia al verme mutereando una que otra palabra en inglés con tal de hacerle saber al gordito lo mucho que lo admiraba y que algún día quisiera ser igual de gracioso que él...
(Desde luego, gracioso y todo menos gordo, jejejejeje... a los 12 años ya había superado el trauma de haber sido gordito yo mismo tan sólo unos años atrás y en la pre-adolescencia por fin supe lo que era ser flaco y guapo ;))
Al día siguiente, cuando mi papá me pidió que fuera a buscar a mi madre al Mall mientras él estacionaba el auto, y al cruzar la calle de la entrada principal del centro comercial, alguien con acento americano me llamaba por mi nombre... Al principio creí que me le había cruzado a alguien, pero cuál fue mi sorpresa al ver a Chris Farley subiéndose a su auto, llamándome por mi nombre y saludándome efusivamente... con su enorme sonrisa tierna...
Definitivamente uno de los mejores días de mi vida... Chris me hizo sentir como su amigo pequeño!
Nunca entendí por qué Chris Farley provocó él mismo su muerte en 1997... y fue algo que me afectó profundamente cuando supe la noticia, ya que nunca había podido explicarme por qué una persona que irradia tanta felicidad, que es capaz de hacer reír a millones de personas, y que además ha cosechado mucho éxito tan sólo por eso, haya sido capaz de acabar con sus días en 4 días de cocaína, alcohol y prostitutas...
Nunca lo había entendido... hasta ahora...
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Todos tenemos un amigo así... O quizás algunos de nosotros tendemos a ello... Nunca se sabe...
Algunos, de niños aprendemos a odiarnos a nosotros mismos... ¿Por qué?... Por cientos de razones... quizás por que éramos gorditos, raros, pobres, no encajábamos con el resto de los niños en la primaria, los adultos no nos querían o no nos ponían atención, etc. Es algo de lo que aprendemos a ser conscientes desde los 5 años.
Y cuando descubrimos que podemos provocar una reacción por medio de la risa en las demás personas (Algo de lo cual, tenemos CONTROL de hecho), eso nos hace desarrollar ese mecanismo para ponernos a nosotros mismos allá afuera en la sociedad de manera segura, al mismo tiempo que con el paso de los años creamos un muro con el cual terminamos distanciando a los demás de nosotros mismos...
Entre más nos odiemos, mejores tenemos qué ser en la comedia, ya que de lo contrario, corremos el riesgo de que la gente se entere cómo somos en realidad...
Si bien, la gente terminara odiando al payaso, al final no importa por que finalmente el payaso o el bufón no somos nosotros... Pero de la misma manera, si la gente termina amando al payaso (cabe mencionar que esa reacción de risa y aceptación no son siempre muestras de amor genuino), entonces, ¿A quién ama la gente en realidad?... ¿Qué hacemos con el "Verdadero YO" que no merece amor?
La depresión es muy común en comediantes... John Belushi, Ray Combs y Freddie Prinze terminaron muertos; Owen Wilson, Ellen Degeneres y Mara Wilson estuvieron a punto de suicidarse... Y Chris Farley le suplicó a la prostituta con la que estaba que por favor no lo dejara, antes de caer en el suelo inerte...
Precisamente Chris Farley siempre utilizó su obesidad como objeto de risa y humor auto degradante; exactamente la misma cosa que lo traumatizó de niño y por lo cual, no se sentía aceptado y deseado... Había qué hacer comedia de ello para poder copar con el dolor. Y se volvió tan bueno en eso, que terminó matándolo.
Ayer se volvió a repetir la historia con Robin Williams... Aunque no estoy seguro cuál pudo haber sido el orígen de la inadecuación de "Patch Adams"... De lo que sí estoy seguro es que de nuevo, otro comediante aparentemente felíz, y que a muchos de nosotros nos provocó alegrías con personajes como el Genio, Jack, Popeye, el profesor chiflado de Flubber y la señora Doubtfire, se ha ido en aparente tormento.
Si bien es cierto que quizás la de David Wong sea una teoría superficial (y ni tan superficial, viniendo de una persona que se encuentra en el epicentro de esa bonita profesión que es la comedia), al menos ello será una alerta para poner más atención a nuestros seres queridos y darnos cuenta que quizás detrás de una sonrisa infectante y llena de energía se encuentre una persona quien a pesar de los años, no conocemos realmente, en medio de una tormenta clamando por la calma y una mano que le salve.