La historia tiene un detalle curioso, divertido y emotivo, lo cual me pareció justo compartirla... ¿Por qué?, no lo sé... quizás como una manera de honrar y homenajear el buen sentido del humor de éste señor:
Después de haber batallado con el cáncer durante mucho tiempo, éste Don por fin mostraba signos de recuperación.
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¿Quiénes no hemos tenido alguna vez algún familiar, llámese tío, padre o abuelo... quien después de meses de sufrimiento crónico, milagrosamente se recupera y levanta de su cama, para luego recaer en sus últimas horas de vida?
Éste señor lo sabía intuitivamente, por lo que en su última etapa de buena salud, y en un día lluvioso, anunció a su hija adolescente sobre su muerte próxima:
- "Mihija... me despido de una vez de tí por que ya me voy a morir en unos tres o cuatro días..."
- "Papá! no seas ridículo! tú ya te estás mejorando; así lo dijo el doctor; no digas esas cosas. Tú no te vas a morir, por que vas a estar con nosotros más años..."
Y pues sucedió tal y como lo predijo éste buen señor; a los cuatro días, su situación se complicó de manera inesperada...
... aunque no tan inesperado para él, lo cual nos dice que nunca hay qué subestimar la experiencia y sabiduría de las personas mayores...
El doctor, visiblemente consternado y tristemente resignado por el retorno de la enfermedad, simplemente ya no dió esperanzas y sugirió a los miembros de la familia que se fueran despidiendo de él uno por uno en su lecho de muerte:
- "Mihija... quiero pedirte un favor después que me haya ido."
- "Dime, papá..."
- "Por favor, visítame seguido a la tumba pá que me platiques cómo van los capítulos de The Walking Dead... No quiero quedarme con las ganas de ver que se chinguen a ese cabrón de Rick..."