El Principio del Bambú nos regala una perspectiva que vale la pena ser considerada en todo aquel proyecto de vida que queramos llevar a cabo, pues nos demuestra que todo aquel proceso que comienza con pequeñas acciones y que en un principio no da señales de progreso, termina por acumularse en algo mucho más grande, si sabemos otorgarle el cuidado y la dirección necesaria.
Lamentablemente, en el mundo cotidiano, solemos convencernos de que resultados masivos requieren de acción masiva.
En el caso de las empresas, así es como estamos adoctrinados de origen desde las escuelas de negocios y ciencias, además del consejo de "expertos" consultores que aseguran tener la respuesta a todo desafío organizacional: Nos convencieron de que a toda acción le sigue una reacción, y que lo que no está dando resultados, es menester deshecharlo, por defectivo y por que que "cuesta dinero".
Mi pregunta es, querido lector; bajo ésta lógica, ¿La semilla del bambú es defectiva por no rendir frutos durante 5 años de riego y cuidado constante?
A continuación quiero contarte una pequeña anécdota que espero ejemplifique, querido lector.
Hace poco entablaba una conversación con el dueño de una empresa de logística a quien yo estaba asesorando; me preguntaba si debería conservar o despedir a una chica que era agente de ventas.
La conversación se llevó más o menos así:
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- Su contrato de prueba de 3 meses termina en una semana.
- Corrígeme si estoy equivocado; su puesto de trabajo es comercial, comenzando por la prospección y la concertación de citas con gerentes de despachos y presentar los servicios de las empresas. La chica nunca había trabajado en ventas y tiene 20 años.
- Así es.
- ¿Cuál sería, según tu juicio y tu observación, su desempeño en éstos tres meses?
- A mí me parece que la chica tuvo un arranque muy pobre y pésimo. A penas y coordinaba citas, y acudía a ellas con enorme desconfianza, lo cual temo que el cliente lo percibe como falta de experiencia. Y aunque en éste último mes me ha sorprendido con los avances que ha tenido debido a la capacitación que le estás brindando, lamentablemente ella representa un pasivo laboral para la empresa, lo cual me indica que la relación laboral debe terminar de una vez y conseguirnos a otra persona.
- ¿Y cuanto le estás pagando?
- 500 dólares por mes.
- Si lo piensas bien, la base de un aprendizaje íntegro es el fracaso y los errores que cometemos. Ésta chica ya hizo uso de tu plataforma (el puesto que le diste hace tres meses) para cometer todo tipo de errores en su formación, y de pronto, algo en su trayectoria cambió en éstos últimos días y ya te está dando resultados. La próxima semana que la dejes ir, ella irá a otra empresa a continuar con los resultados positivos que está experimentando. ¿No crees que básicamente le costó 1,500 dólares a la empresa capacitar a ésta chica para que la disfrute y la aproveche otra empresa? Básicamente subsidiaste 1,500 dólares a otra empresa competidora.
Lamentablemente ésta persona dejó ir a la chica, quien finalmente fue contratada en otra empresa en donde ya se desempeña como la Top Producer de todos los ejecutivos comerciales.
Imagínate lo que hubiera logrado para el dueño de la empresa de logística si ella hubiera continuado ahí.
El Culto a la Acción-Reacción
Éste adoctrinamiento de origen, de acción-reacción, tiende a traernos consecuencias desastrosas en el contexto empresarial, pues genera un ambiente en donde deshechamos el potencial en capital humano que pudiésemos obtener de las "Fuerzas Básicas" (desde los puestos entry level o las prácticas profesionales) en favor de apostarle a la integración por fuera de personal que quizás ni siquiera traiga consigo la cultura que nuestra organización requiere.
Piénsalo bien, querido lector; la lógica del CEO en cuestión es:
No tengo recursos para capacitarte y hacer que te integres de manera orgánica a la dinámica de trabajo de la empresa (Se supone que ya debiste venir formado desde tu universidad). Pero sí puedo destinar recursos a un sistema que constantemente me está arrojando opciones extraídas del mercado laboral de manera aleatoria, y seguiré destinando recursos hasta encontrar una opción mejor que tú.
Yo personalmente estoy convencido de que ésta situación le está costando doble a las PYMES.
En primer lugar, en elevados costos de operación de recursos humanos, puesto que la búsqueda de elementos que se integren a manera "plug and play" a la organización no es barato.
Además, si la empresa es una en donde existe alta rotación de personal, ¿En realidad está siendo efectivo tu arma de recursos humanos? Después de todo, ellos son los encargados de sumar capital humano al equipo de trabajo.
Actualmente, recursos humanos tiene todo de recursos... Pero nada de humanos... La solución ideal debería ser volver magro el modelo de reclutamiento y selección de personal, y destinar recursos a la alineación del personal a los objetivos estratégicos de la empresa.
Y en segundo lugar, por la situación ya antes mencionada; una empresa como la que acabamos de ejemplificar, es una temerosa de abandonar la ansiedad de los resultados inmediatos, lo cual acaba con la innovación y aprendizaje que realmente importan para obtener resultados exponenciales.
Una empresa como ésta es del tipo de las que proveen la plataforma en donde el nuevo elemento se capacita en base a errores y actividades que no rinden resultados en un principio, y al final, cuando el elemento es desocupado, ésta persona es reclutada por otra empresa que termina disfrutando de los frutos y el desempeño de ésta persona.
Si tí estás en ésta situación, querido lector, debes entender que básicamente le estás regalando capital humano a otras empresas, simplemente por que no estás considerando el poder del Principio del Bambú.
En el caso de la empresa de logística del ejemplo anterior, lo peor del caso es que el CEO le está otorgando mucho poder a un departamento que no está dando los resultados óptimos para lo cual fue concebido; Recursos Humanos. Y se los estás quitando al departamento que es de facto su rostro frente al mercado; el departamento comercial.
En base a lo anterior, querido lector, estoy convencido de que la implementación del Principio del Bambú traería consigo ahorros importantes, eficiencia y valor en las empresas.
Como dice Warren Buffett; no importa cuanto de grandes sean tus talentos o esfuerzos, algunas cosas simplemente llevan tiempo.
La pregunta por el momento no es, ¿Cómo?, sino ahondar en el ¿Por qué?